viernes, diciembre 26, 2008

¡AMOUCO, AMOUCO!



Es probable que uno de estos días usted se encuentre en unos grandes almacenes de reconocido prestigio, ponderando si adquirir o no cierta prenda u objeto que no necesita. Otros muertos vivientes le rodean, yendo de aquí para allá. Entonces, un sonido explosivo le llega desde una distancia indeterminada. Se preguntará qué nueva estrategia publicitaria está a punto de contemplar. Aún desinteresadamente, remueve el colgador lleno de prendas delante de sus ojos, alcanzando la etiqueta de una camisa en la que está vagamente interesado.

El revuelo comienza a acentuarse, se oyen agudos gritos de mujer. En medio de los agudos gritos de mujer se oyen disparos de arma semiautomática. TU-PACA. TU-PACA. Una empleada de los grandes almacenes pasa a su lado ensangrentada, corriendo a trompicones. Comienza a prestar atención, porque se trata de un nuevo simulacro, y parece interesante. Un grupo de gente se arroja desde el pasillo hacia los mostradores, hacia las perchas repletas de ropa. Una granada de mano explota y las luces de la planta se apagan y se encienden. Por un momento, parecen haber quitado el sonido del mundo, hasta que comienzan a oirse los aullidos de dolor de los heridos. Algunas prendas han cogido fuego, y (TU-PACA, TU-PACA) usted se da cuenta de que esto empieza a tener mala pinta. Subitamente, está siendo transportado a un escenario horrendo, pero que le resulta familiar. Muy familiar.

A través del humo y las llamas, viniendo de la sección "Territorio Vaquero", justo donde acaba de explotar la granada de mano y una pierna amputada reposa en un mostrador como esperando a que alguien la cobre y la envuelva para que el cliente se la lleve a casa, aparece un individuo vestido de ninja, con una bolsa de deporte del Real Madrid llena de munición y explosivos en una mano, y un subfusil CETME C2 en la otra. Se trata de Carlos Cedrique, ex-empleado de esos grandes almacenes. Mientras usted aún se encuentra explorando ese nuevo escenario en el que, paralizado totalmente, acaba de aterrizar, se da cuenta de que aún esta sosteniendo la etiqueta de esa (demasiado cara para su marca) camisa. Le está apuntando con su arma, y le sigue sonando la escena. TU-PACA. Usted acaba de morir en una situación cotidiana.

"El amok que lo prepara todo cuidadosamente, da la vuelta a las perspectivas de la realidad. En la película de Peter Bogdanovich "Targets", el francotirador se coloca en un cine "drive-in". Apunta al público de una película de terror a través de la pantalla. Su mira telescópica transforma a los observadores dentro de sus coches en los observados: Es como si la película estuviera viendo a su audiencia."

Every Five Seconds an Inkjet Printer Dies Somewhere, Johannes Grenzfurthner.


El Corredor Amok


(WIKIPEDIA: En Psiquiatría, el síndrome Amok consiste en una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra locamente, armada, y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a las personas y animales que aparezcan a su paso, hasta que el sujeto es inmovilizado o se suicida. La definición fue dada a conocer por el psiquiatra americano Joseph Westermeyer en 1972. Según los psiquiatras, el ataque homicida salvaje va precedido por lo general de un período de preocupación, pesadumbre y depresión moderada. En algunos de los casos recientes, los autores de los ataques los anuncian, de una forma más o menos velada, en internet.Tras el ataque, la persona queda exhausta, a veces con una amnesia completa y, eventualmente, acaba suicidándose.)

Probablemente, y observando la prensa y la percepción popular, tenemos la impresión de que el fenómeno de la masacre indiscriminada, la matanza, el "going postal" o el "killing spree", llevada a cabo por uno o dos individuos armados, es un fenómeno actual, que se da en los EEUU, entre hombres (preferentemente adolescentes y blancos) y cuyas causas son una indeterminada influencia de una mezcla confusa de insensibilidad social contemporanea, la música heavy-metal, la pérdida de los valores tradicionales, el derecho a tener armas, Hitler, los videojuegos violentos y el cine de acción.

Sin embargo, y atendiendo a la literatura, todas y cada una de estas especulaciones son erroneas, como podría sospechar aún el más inocente de los espíritus críticos.

En "Psicología y Religión" Carl G. Jung dedica uno de los primeros apartados del libro a relatar los peligros de la psique, y en particular el miedo y la antipatía a todo lo que linda con lo subconsciente. Basado en sus estudios de campo sobre el hombre primitivo, Jung deduce (aunque una más brillante y extensiva exposición de la psique primitiva se encuentra en "Los Complejos y el Inconsciente") que, en sus comienzos, la conciencia fue muy precaria, estando el hombre en su mayoría sujeto a los componentes inconscientes e instintivos de su naturaleza.

Recalca como, aún hoy, en las comunidades primitivas, la perdida de la conciencia se consigue de una manera mucho más sencilla que en las sociedades modernas. Dentro de estas "pérdidas de consciencia" asociadas a los peligros psíquicos, destaca el peligro que representa el hecho de que los contenidos anímicos vuelvan a hacerse inconscientes, y dentro de este fenómeno enmarca el "correr amok", similar al estado de furor guerrero Berserker de los guerreros nórdicos y germánicos. Jung lo describe como "un estado de trance, más o menos completo, a menudo acompañado de funestas consecuencias sociales". Entre los primitivos, añade, "Hasta una emoción común es susceptible de causar una considerable pérdida de conciencia. De ahí que los primitivos empleen formas de exquisita delicadeza, hablen con voz tenue, se quiten las armas, se arrastren por el suelo, inclinen la cabeza, muestren las palmas de la mano. Aun nuestras maneras de cortesía traducen una observancia “religiosa” de posibles peligros psíquicos

Freud, hablando también de los amoks, afirmaba que una persona sometida a un instinto violento desvía este hacia sí mismo mediante la construcción de una realidad paranoide angustiosa en la que el yo es humillado y vejado injustamente por elementos externos pertenecientes a la jerarquía social en los que proyecta la represión que ejerce el Über-Ich sobre la manifestación efectiva de dicho impulso violento. Entonces, el individuo busca a través de la destrucción física exterior de dichas proyecciones la eliminación de esa tensión sobre el yo, solo alcanzable mediante la reversión de esos contenidos anímicos al inconsciente, esto es, el trance.

En resumen, el individuo siente un instinto asesino que debe reprimir, por lo que padece una alucinación paranoide de persecución social que le provoca una insoportable tensión psicológica. Entonces, aspira a acabar con esa situación, haciendo inconsciente esa represión mediante el trance, alcanzado mediante la muerte de aquellos a los que achaca su padecimiento, en una cesión al propio instinto asesino, que toma en la consciencia la energía dejada vacante por la anterior estructura consciente, esto es, la paranoia represiva. Una vez este estado de trance se disipa, la auto-agresión ejercida previamente vuelve a retomar la energía previa y, amplificada por las terribles consecuencias de su acción violenta, requiere del castigo último del propio individuo, esto es, el inevitable suicidio final posterior al trance.


Jung vio en primera persona, a principios del siglo XX, cómo las tribus de Africa occidental preparaban para la batalla a ciertos hombres mediante una danza guerrera, y partían a ella en estado de trance. No solo preparaban a los guerreros para aprovechar su estado amok, sino que, a su vez, tenían un "ritual de enfriamiento", a fin de que el berserker no se auto-destruyera y pudiera volver a su vida corriente. El guerrero pasaba, tras esto, varios dias alejado de la tribu y de su familia, hasta que podía ser reintegrado de manera segura a su vida ordinaria.

Ya en la Biblia aparece descrito lo que podría asimilarse a un corredor amok: Sansón. Dotado de "ayuda divina" para obtener una fuerza sobrehumana y realizar hechos violentos inalcanzables para el humano normal, como vencer a un ejército armado unicamente con una mandíbula de burro. Aunque el hecho de que realizara sus matanzas en diferentes ocasiones antes de suicidarse lo diferencia del corredor amok común, que generalmente se suicida tras la primera.

Otro tipo de los corredores amok mencionados historicamente (y también utilizado para un fin militar) es el famoso guerrero Berserker de las sagas nórdicas. Vestidos con pieles de oso (su nombre significa "camisa de oso") y una distintiva cabeza de lobo, se les llevaba encadenados al combate, presos de su furia asesina, donde eran liberados para que aniquilaran lo que encontraran a su paso, sin hacer distinción entre amigo ni enemigo. Los primeros Berserkers se remontan al siglo IX, entre la tribu nórdica Varega.

Se especula con las diferentes causas del berserkergang, o furia berserker, achacándola a un consumo de drogas o setas alucinógenas (aunque esto ha sido desacreditado, sigue siendo una opinión vigente, quizás por lo familiar que resulta esta creencia. Vease el videojuego Mario Bros, donde el fontanero obtenía poderes extraordinarios del consumo de champiñones multicolores), una tara genética, etc...Pero lo que es indudable es que sus particularidades, como en el caso de todos los tipos de asesinos indiscriminados, está ligada a una determinada cultura, en este caso la escandinava. Si nos atenemos a nuestra explicación del fenómeno amok esto es debido a que el Über-Ich, el que genera la ilusión proyectiva y patológica de la humillación social que, más tarde, caracterizará el ataque asesino, está precisamente influenciado por la cultura dominante.


La expansión colonial del Imperio Británico trajo el descubrimiento de los corredores amok que darían nombre al síndrome asesino, particularmente a través de las obras de Kipling. Originarios de Malasia, Java y algunas zonas de la India, cuando un hombre caía víctima de una deshonra social, como una infidelidad o grandes pérdidas en el juego, tras un periodo de introspección depresiva, (el sakit hati, o la incubación, donde se planea el acto), el corredor amok se lanzaba a la calle armado con un kris y comenzaba a apuñalar hasta la muerte a todo lo que se cruzaba en su camino, para finalmente, recaer en un periodo de amnesia y confusión y suicidarse, o ser muerto en acción por alguno de los presentes.

Aunque, tradicionalmente, el corredor amok es un asesino anónimo, existen casos de amoks famosos, como es el caso del hijo del Rajá de Jodhpur y su intento frustrado de magnicidio amok contra el emperador Shah Jahan en 1634, matando a cinco de sus guardias personales antes de ser liquidado, además del asesinato del principe de Hyderabad y 26 de sus escoltas a manos de dos corredores amok en el siglo XVIII.

Incluso antes de la invasión británica, el portugues Gaspar Correa escribe en 1503 sobre los guerreros amok que se utilizaban en las guerras contra Calcuta. Cuenta como existían comandos enteros de guerreros amok, con un complejo entrenamiento ritual, donde se les preparaba para la muerte y se les confiaba a un destino superior si morían en el combate. Aquellos que sobrevivían eran malditos "y se veían a si mismos como a hombres muertos". No paraban hasta que conseguían la propia muerte tras provocar una gran desgracia, y "como gente desesperada, se comportaban como diablos, antes de ser acuchillados, y mataban antes a mucha gente, entre ellos mujeres y niños."

Tanto los ingleses, como los alemanes y los portugueses, se vieron impotentes en el empeño de encontrar un motivo para la extraordinaria abundancia del fenómeno amok entre los asiáticos. Al principio se pensó que se trataba de una estrategia de guerra, sin embargo, y en tiempo de paz, el grito de "¡Amouco, amouco!" con el que la gente alertaba de un corredor en plena furia, seguía oyéndose en las calles malayas, indias y javanesas. Los ingleses trataron de interpretarlo como una forma de suicidio provocado, debido a la estricta prohibición islámica sobre el darse muerte a uno mismo. Observaron que, desde el momento en que el asesino entraba en el estado de mata gelap (ojos negros), que marcaba el comienzo de su racha violenta, hasta que se le mataba, el individuo continuaba aniquilando a todo lo que se encontrara en su camino, tras comenzar normalmente por sus familiares y vecinos más próximos. Sin embargo, no tuvieron en cuenta el hecho de que, muchos de los amok, se acababan suicidando sin ninguna ayuda externa.

Del Amok al Klebold

Antes de los modernos vengadores de instituto hay que mencionar los primeros casos documentados de masacres indiscriminadas en el mundo occidental, por supuesto muy previos a la existencia de la música heavy-metal y a los videojuegos.

En el corazón de Europa, y ya en 1913, tenemos el caso del profesor Ernst Wagner, discípulo de Nietzsche y dramaturgo sin éxito. Una noche se armó con dos revolveres y comenzó matando a su familia para dirigirse hacia la calle y comenzar a disparar aleatoriamente a los peatones, matando a 14 personas y 2 reses de ganado y dejando 12 heridos. Ernst Wagner dejó escrito esa misma noche, justo antes de realizar, según Bretón, la más simple acción surrealista, que "Voy a reir tan claramente y tan bellamente que todo el mundo que me oiga podrá decir después que era la risa de un angel. Seré el Angel de la Muerte, el angel de la muerte piadosa. Quiero perforar mi odio en tus entrañas, y la llama de mi odio devorará tus casas, y mi casa, y la casa de mi padre, y la casa pública también."

Como ven, este primerizo corredor amok occidental reune ya algunos de los ingredientes del tipo que conformaran sus émulos posteriores: la racionalización, la planificación, cierta orientación estética o la translación a la realidad de su escenario interno. Al igual que el amok malayo (que pasa por una etapa de introspección previa) presienten la existencia de su "peligro psiquico", son los perdedores de la mesa de la sociedad y su injusta ruleta de las jerarquías, pero, a diferencia de estos, ya desde este primer caso, racionalizan su acto sangriento y buscan simbologías y escenografías afines, ya sean los textos bíblicos o el DOOM.

La siguiente masacre sucede en el pequeño pueblo de Bath, Michigan, en 1927. Andrew Kehoe, un miembro de la escuela local, detonó más de media tonelada de dinamita y pyrotol (un incendiario de la Primera Guerra Mundial) matando a 45 personas e hiriendo a 58. La mayor parte de los muertos fueron niños de 7 a 12 años, bajo cuyas aulas Kehoe fué acumulando los explosivos poco a poco durante un año. Antes de detonar la escuela y su coche lleno de metralla (con él mismo en su interior), Kehoe asesinó a su mujer y detonó e incineró su granja, donde había atado a todos sus animales para que también murieran en el incendio. Al parecer Kehoe estaba molesto por un impuesto sobre la propiedad que se había recaudado para levantar la escuela. Las dificultades financieras que le provocaron el pago del impuesto le habrían llevado, según él, al embargo de su granja. Sigue siendo la masacre más numerosa llevada a cabo en los EEUU.

"No recuerdo oir ningún ruido, pero recuerdo volar en el aire, y ver cosas volando entre yo y el cielo" Recordaría AdaBelle McGonigal, una de las pocas supervivientes, que tenía 11 años en el momento de la explosión que mató a 38 de sus compañeros de clase. "Ni siquiera recuerdo haber caido". AdaBelle perdió el oido a causa de la explosión.



Se puede señalar que el método utilizado por Kehoe es el mismo que el que pretendían emplear Klebold y Harris en Columbine, ya que colocaron dos bombas caseras de propano en la cafetería del instituto, que hubieran derribado esta y la biblioteca de la planta superior, aunque lo primitivo de su construcción hizo que fallaran. El plan inicial de Columbine era, tras detonar dichas bombas, esperar a que salieran los supervivientes e ir derribándolos uno a uno, para luego eliminar a todos los peatones que se acercaran a ver qué pasaba.

El tiempo de preparación de ambas masacres fué asimismo de aproximadamente un año, al igual que las de otras similares en colegios de EEUU, y en Erfurt (Alemania), lo que lleva a pensar que, los amok occidentales consideran este tiempo un periodo de sakit hati satisfactorio para ceder a los impulsos asesinos, por el motivo que sea. Es notorio que este periodo no se corresponde al hecho racional de la planificación, ya que ninguna de las masacres modernas es llevada a cabo con total éxito planificativo, aún desde el intento de Kehoe (casi la mitad de los explosivos que colocó quedaron sin detonar). En todo caso, los ataques son un fracaso respecto a las previsiones de sus autores, con lo que el periodo de planificación no debe, pues, corresponderse con consideraciones logísticas u organizativas, sino debido a otras motivaciones. Lo que está claro es que el corredor amok occidental raramente agarra el primer arma a la que tiene acceso y se pone manos a la obra. Trata siempre de maximizar numéricamente su asalto, aunque dentro de ciertos límites, que suelen ser aquellos impuestos por los lugares donde siente que ha sido vejado (la escuela o el lugar de trabajo, p.ej.)

Furor de Cartero

Dada la profusión de datos y de detalles que existe en cada uno de los casos, es interesante detallar algunos de los casos más populares. Uno de los más curiosos, aparte de los más famosos asesinatos de instituto, o el de los muy tipicamente amok George Jo Hennard (y su grito de batalla "¡Esto es en lo que el Condado de Bell me ha convertido, espero que merezca la pena, Texas!") o el de Charles Whitman, es el del servicio postal de los EEUU, el USPS, en el que, desde 1986 hasta 1997, murieron 40 personas en 20 incidentes diferentes en el lugar de trabajo. Dada la inusitada frecuencia con la que aparecían corredores amok en el servicio postal, en la cultura popular americana se utiliza como equivalente al correr amok el término "going postal". Asimismo, el famoso (en su día) videojuego homónimo "Postal", en el que el jugador se mete en la piel de un vengador callejero, toma su nombre de este fenómeno, una de las primeras acciones que el jugador podía llevar a cabo era, precisamente, introducirse en una oficina del servicio postal donde, humoristicamente, a la entrada se encontraba una estatua de un cartero con una recortada. Una vez dentro de la oficina de correos, el jugador recibía una dura bienvenida, ya que todos los empleados se defendían armados de recortada. El USPS inició (sin mucho éxito) una campaña para intentar limpiar su imagen y limitar el uso de la celebrada expresión, pensando que dañaba seriamente su reputación, que tanto les costaría adquirir.

Entre todos los incidentes del servicio postal, hay uno que resulta sumamente extraordinario. En el año 2006, en Goleta, California, Jennifer San Marco, asesina a su vecino, se monta en el coche y se dirige a su lugar de trabajo, donde mata a seis empleados y se suicida. Jennifer reune todas las condiciones de los amok del servicio postal: es un ex-empleado problemático en busca de venganza. Sin embargo, lo han adivinado, es una mujer. Jennifer, como todos los corredores amok occidentales, también es selectiva en sus objetivos, mata a negros, filipinos, hispanos y asiáticos, profiriendo insultos racistas. Y sin embargo, es una mujer. Y no es la única, por ejemplo, está también Brenda Spencer (que comenzó a disparar viandantes desde la ventana de su casa con una escopeta que le había regalado su padre por Navidad, según ella porque "odio los lunes, son muy aburridos"), aunque si la más mortífera. La existencia del corredor amok moderno, con todos sus ingredientes, no se limita al macho furibundo.

El Amok Hispánico

"Paulino Fernández, eres un tío grande, dejando muy alto el pabellón español"

Patrullero Mancuso, "La Matanza de Lugo"



Si bien la violencia indiscriminada en el colegio o en el lugar de trabajo no se ha conocido particularmente en nuestro pais, quizás porque aquí en ninguno de ambos sitios se hace lo que su nombre podría sugerir, se podría decir que tenemos una predilección por el vengador de andar por casa. Aunque la abundancia de incidentes menores (en número de víctimas), no debe ocultar el hecho de que en nuestro pais no escasea precisamente el genuino corredor amok. Y nosotros que nos creíamos seguros en nuestras casas...

Existe un caso que se podría asimilar al corredor amok: la masacre de Puerto Hurraco. El 26 de agosto de 1990, dos hermanos, Antonio y Emilio Izquierdo, se dirigieron en un Land Rover hacia el pueblo de Puerto Hurraco (Badajoz) donde procedieron a abrir fuego sobre sus habitantes, comenzando por dos niñas de 14 y 12 años. Las niñas pertenecían a una familia rival, los Cabanillas, con la que los Izquierdo mantenían rencillas que se remontaban 30 años atras, debido a disputas por unas lindes. Poco después de comenzar estas disputas, uno de los Izquierdo asesinó a cuchilladas a Amadeo Cabanillas que pretendía a una de las Izquierdo. Después de esto, un incendio supuestamente provocado acabó con la vida de la madre de Antonio y Emilio.

Si bien, en este caso, los corredores amok ibéricos tenían motivos fehacientes para la venganza, es el hecho de que continuaran su masacre más allá de la familia Cabanillas lo que los aproxima al amok común. Su incidente terminó con el asesinato de dos Guardias Civiles, tras haber disparado indiscriminadamente a varios habitantes del pueblo. La venganza pasó de su disputa inter-familiar a un escenario mayor: El propio pueblo y la autoridad. Quizá en este caso, los corredores amok solo tuvieron que amplificar su ideal revanchista, implicando a propios y extraños, para justificar el homicido. De todas maneras, guardan una gran diferencia con el corredor amok, ya que no se suicidaron tras su acto, huyeron hacia el monte, y no mostraron arrepentimiento alguno. Según la versión de los habitantes locales, apoyada por la prensa y la opinión pública, los dos hermanos Izquierdo, rayanos en la subnormalidad, eran meras marionetas de sus dos hermanas mayores, las verdaderas pájaras arpías que instigaron la masacre.


Más certeramente, aparece mencionado en Pop Control de Miguel Ibañez un genuino y muy depurado caso de corredor amok español, concretamente gallego, donde son tan dados al animismo. El protagonista, Paulino Fernandez Vazquez, un humilde labrador.

A las 15:30 de un martes de 1989, Paulino cogió un cuchillo empleado para la matanza del cerdo, bajó a la calle del municipio de Chantada y acuchilló a todos y cada uno de los 13 vecinos con los que se encontró, matando a 6 de ellos, antes de volver a casa y prenderla fuego para tumbarse en su propia cama a morir en ella. Nadie, ni en el pueblo, ni entre sus familiares, se explicó la conducta de Paulino. Lean lo que contaba el diario el Pais cuando dió la noticia de la matanza cafre:

"El único motivo que podría explicar la conducta de Paulino -un hombre reservado, pero de carácter aparentemente normal- es la obsesión que mostraba últimamente por sus propiedades.

El labrador, muy tacaño según algunos de sus vecinos, había comprado recientemente varias fincas a unos familiares emigrantes en Brasil. Esta compra le sumió en un notorio nerviosismo que le hizo confesar a varios de sus allegados un extraño temor porque los vecinos le arrebatasen las tierras. Los temores le llevaron incluso a pedir consulta legal y en un momento llegó a advertir a un familiar: "Me encuento muy mal, creo que me voy a morir". Otros aseguran también que les había dicho que tenía unos fuertes dolores de cabeza."

Quizás ustedes ya puedan, con la perspectiva del comportamiento del corredor amok, explicarse tan extraña y poco cortes conducta social.

¿Quién nos iba a decir que en nuestro propio pais se iba a dar una versión tan sumamente depurada del corredor amok? Sin duda, el caracter primario de la existencia agrícola de un poblado de la Galicia profunda desviste de todo artificio contemporáneo a este nuesto corredor amok patrio, dejando mondo y lirondo la esencia amok clásica.

Sin dejar el norte, en Liermo (Cantabria), un pequeño pueblo de apenas 8 casas, Angel Campo Solana, una mañana de 1980 abre fuego contra ocho de sus convecinos, matando a siete de ellos. Angel, con amplia experiencia en la caza, abatió a alguno de ellos a la carrera. Disparó a dos hermanos, a la mujer de uno de ellos, a sus propios vecinos y a todos los escasos habitantes de Liermo con los que se topó. Al parecer, agraviado por una disputa de lindes (donde nosotros, por supuesto, no diremos que había un componente paranoide), Angel tenía "motivos" para eliminar a los dos hermanos, no así al resto de sus vecinos. Minutos antes de empezar su racha homicida, fué visto tan tranquilo cortando leña en el exterior de su casa. Tras acabar con los habitantes del pueblo, se dirigió a un cementerio cercano y se disparó a si mismo, colocado sobre un nicho.

Por su estricto caracter amok también es destacable el caso de Herreros de Rueda, León, un pequeño pueblo de 43 habitantes, donde, el día de la procesión del Corpus Christi, Jesus Andres Iglesias, un huraño agricultor que vivía casi recluido, mata a cuatro personas desde el balcón de su casa utilizando una escopeta de caza y munición de postas. El día anterior a la tragedia había preguntado a las mujeres que montaban el altar si la procesión tenía pensado parar allí. Hicieron falta veinte policías y guardías civiles para que, de un disparo en la cabeza, Jesus terminase con su tiroteo. Consultando la hemeroteca, todos los periódicos resaltan lo inexplicable de la tragedia, no sin lanzarse a la ya conocida caza de brujas acerca de la normativa para la posesión de armas de fuego. A su vez, aportan las pistas definitivas para reconocer las huellas de nuestro amok, una vez más, y en España, con todas sus características. Veamos un extracto del diario El Mundo:

"Jesús Andrés odiaba a los guardias civiles. Porque ellos son quienes cachean a los cazadores para ver si llevan postas y quienes, en una ocasión, le habían quitado su escopeta. Odiaba también a los tres hijos de su vecino Crescencio Fernández, policías los tres. Y también a Herminio, uno de sus antiguos compañeros de caza, porque sacaba a pastar las vacas antes que él y se comían todo el pasto.
Además, Jesús Andrés apenas dormía. Se pasaba la noche maquinando: que si los vecinos le robaban, que si le hacían faenas. Meses atrás había solicitado un permiso para poner rejas en las ventanas de su casa porque creía que los tres hermanos policías habían construido un túnel para robarle. El día del desastre, su casa estaba en obras y tenía los cuatro cerrojos echados."




School Shooting


Finalmente, llegamos a lo que, popularmente, es el corredor amok tal y como ha llegado a conocer la fama mundial: el vengador de instituto. Este reune todos los elementos para constituir una auténtica definición del Amok contemporaneo, el equivalente al javanes que salía a la calle armado con su kris, a vengar sus ofensas, tras pasar el sakit hati. En concreto, hay tres casos que resultan particularmente interesantes: Virginia Tech, Columbine y Erfurt.

Sin duda, hay otras masacres de importancia, ya sean por el número de víctimas, por su morosidad o por otro tipo de peculiaridades, como por ejemplo Dunblane en Escocia, o la masacre de Ma'alot, pero no reunen en si mismas los atractivos y esa forma de converger la fascinación popular que provocan las figuras de Harris y Klebold, Robert Steinhäuser o Seung-Hui Cho, con sus atuendos de vengador salido de un videojuego o de un videoclip de Marilyn Manson, con sus armas semi-automáticas, su discurso nihilista y su humor negro y el uso de internet como tablón de anuncios de lo que estaba pasando por sus mentes. A pesar de todos estos adornos, la esencia, seguimos manteniendo, es la del corredor amok, el malayo que con un arma ritual repara sus ofensas sociales. El ser humano que, por un momento, se libera de su ilusión paranoica para abrir la válvula de la matanza.


Columbine, 1999.




Eric Harris y Dylan Klebold llegan al instituto de Columbine en coches separados y aparcan en sendos parkings elevados desde donde tienen una buena perspectiva de la salida de la cafetería. Acaban de colocar una bomba de propano en una campa a unos kilometros de allí, que serviría como distracción. Arman dos bombas más y se dirigen a la cafetería, donde las colocan. De vuelta al parking, Klebold se encuentra con Brooks Brown, un chico al que conoce, y le advierte para que se vaya a su casa ("Ahora me caes bien"). Ninguna de las bombas explota, excepto la que colocan en el descampado, y solo lo hace parcialmente.

Harris y Klebold se dirigen entonces a la cafetería, disparando a una pareja que está sentada en el cesped que rodea la entrada, muriendo ambos debido a los varios disparos que reciben. Klebold lleva una pistola semi-automática TEC-DC9 y una recortada, mientras que Harris lleva una carabina Hi-Point 995 (un arma recreativa para tiro al blanco, conocida por la fealdad de su diseño, poco más potente que una carabina de aire comprimido de 5,5mm, pero muy fiable) y otra escopeta recortada de dos cañones. Usarían con preferencia, respectivamente, la DC9 y la carabina.
Harris se quita la gabardina y entran en el edificio, no sin antes disparar a varios estudiantes que bajan por una escalera y a algunos más que están sentados en la hierba. Klebold se dirige a la cafetería, donde chequea si las bombas han estallado, mientras Harris le espera en las escaleras, disparando a varias personas más. Un ayudante del Sheriff les hace frente, pero tiene que huir ante los disparos, haciendo una llamada de emergencia. Harris y Klebold lanzan bombas de mano caseras y se dirigen a la biblioteca, donde sucederá el grueso de su masacre.

Allí se escondían 52 estudiantes, 2 profesores y 2 ayudantes. Al entrar Harris y Klebold gritan que se levanten todos los que lleven una gorra blanca (los deportistas llevaban ese tipo de gorra), asegurando que iban a por los tios que llevasen esa gorra. Como nadie se levanta, dicen que empezarán de todas maneras. Comienzan a disparar debajo de las mesas, sobre la gente que se escondía, mientras bromean y vacilan a las víctimas. Algunos de los estudiantes no caben debajo de las mesas y están acuclillados a su lado. Antes de acabar con una de ellas de un disparo en la cabeza, Cassie Bernall, Harris golpea la mesa diciendo "peek-a-boo!" (una versión americana de "¿donde está el pajarito?", más o menos). Sin embargo, en una versión no oficial, y apoyada por su propia familia, se asegura que Harris le preguntó "¿Crees en Dios?" a lo que Bernall respondió "si", antes de ser ejecutada. Los testigos presenciales desmienten esta versión y aseguran que Harris preguntó esto a Valeen Schnurr, un superviviente de la masacre, y que este respondió primero "si", y luego "no", diciendo que si lo hacía era porque era lo que le decían en casa. En cualquier caso, Cassie Bernall ha sido representada como una martir por varios grupos cristianos, y grupos musicales de rock cristiano le han dedicado varias canciones. Lo que si es cierto es que, en la ejecución, Harris recibe un violento impacto debido al retroceso en su cara, teniendo que continuar la masacre sangrando profusamente por la nariz.


Después de asesinar o herir a practicamente todos los que se escondían en la biblioteca, Harris y Klebold bajan a la cafetería de nuevo, donde intentan detonar las bombas, cosa que consiguen parcialmente. Estas son las famosas escenas de las cintas de seguridad que se pueden ver en Youtube, o en la película "Bowling for Columbine". Al igual que el asesino de la película "Elephant", Harris coge un vaso abandonado y toma un sorbo. Finalmente, regresan a la biblioteca, donde no queda nadie vivo (los heridos han evacuado por la ventana), excepto dos estudiantes inconscientes, y se suicidan, Harris de un disparo en la boca y Klebold de un disparo en la cabeza.

Dejaron 12 muertos y 23 heridos. Pero aparte de este fatal recuento, la prensa y la imaginación colectiva colaboraron para fabricar a un nuevo monstruo para un nuevo terror colectivo, que como hemos visto, es más viejo de lo que se sospechaba. Harris y Klebold anticiparon con tiempo su masacre, la dieron forma a través de varios canales y utilizaron una profusa simbología. Por supuesto, los medios exageraron todos estos elementos para hacerlos populares, o pop, si se quiere. Se dijo que eran admiradores de Marilyn Manson, e incluso se quiso llevar a los tribunales al fantoche. En realidad, el único nexo era la gabardina negra, suficiente para el público democrático que, como observo Nietzsche, reclama y solo observa poses. Tanto Harris como Klebold no eran seguidores del cantante. Como detalle: una de sus víctimas con una camiseta de Marilyn Manson, por si eso podría añadir alguna consideración. Asimismo, el hecho de que Harris desarrollara niveles del DOOM, hizo saltar las alarmas de los bienpensantes.
Los videojuegos tuvieron su lugar como némesis del sistema durante unos breves momentos, disparando la popularidad underground del trabajo de Harris, que pasaría a conocerse como "The Harris Levels". Se pueden obtener en internet, ya que la página personal de Harris siguió colgada en la red hasta que alguien serio la descubrió y AOL decidió eliminarla. Los cazadores de brujas pronto afirmaron que las pantallas estaban basadas en el propio instituto de Columbine, aunque, una vez analizadas, era evidente que no tenían conexión alguna. Aún así, y probablemente como producto de imaginaciones calenturientas, se habla de la existencia de un nivel perdido creado por Harris, llamado "Tier", que representaría exactamente el instituo Columbine, y que solo los más fanáticos geeks han podido ver.
Es cierto que Harris, en el diario de su página, escribió que le gustaría que todo el mundo estuviese dentro de una pantalla de una especie de Super DOOM, donde solo los más fuertes sobrevivirían. El día de la masacre, Harris llevaba una camiseta donde se podía leer "NATURAL SELECTION". También es cierto que Klebold llevaba la gorra colocada igual que los protagonistas del Super PANG, por completar el comentario estético.

Ambos eran admiradores del nazismo y de Hitler, y llevaban parafernalia nazi más o menos disimulada. Harris, en especial, era un amante de todo lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial. Se dijo que ambos eran marginados sociales, nerds, manifiestamente sociópatas y blanco de las burlas de los deportistas y las animadoras, una afirmación que todo el público recibió como la explicación definitiva, sin haber ninguna prueba o testimonio de algún caso de dichos abusos. Harris y Klebold estaban, según el testimonio de todos los que les conocían, y el suyo propio, integrados, tenían un grupo de amigos y un círculo aun mayor de conocidos, tenían novias y salían con regularidad, y no hay constancia de que fueran el blanco de ninguna broma pesada.

Pronto emergió una nueva expresión que le venía a la prensa como anillo al dedo: "La Mafia de la Gabardina". Al parecer era un grupo de unas diez personas del instituto de Columbine, afines a lo gótico, en el que incluyeron a Harris y Klebold, aunque, en realidad, nunca nadie les pudo vincular, y no aparecían en ninguna de las fotos de ese grupo. Daba igual, en la CNN y en la NBC, Harris y Klebold eran parte de la Mafia de la Gabardina, un grupo de tópicos introvertidos, que odiaban a los deportistas, eran supremacistas blancos, oían rock gótico, llevaban esvásticas y banderas confederadas, jugaban a ser vampiros, eran adictos al DOOM y a los juegos de guerra, adoraban a Hitler y formaban un clan secreto de terroristas de suburbio que hacía páginas web.

Harris tomaba anti-depresivos debido a problemas con el control de la rabia, y en el momento de su autopsia se encontraron niveles de Luvox en su sangre, lo que llevó a una nueva Guerra Santa contra la medicación anti-depresiva, embarcándose varios de los familiares de las víctimas en un pleito multimillonario contra los fabricantes del Luvox.


El caso es que Harris y Klebold documentaron profusamente su masacre, aparte de hablar abiertamente de sus planes en su página web, grabaron videos (sus "Basement Tapes", secuestrados por la policia), donde explicaban como fabricar bombas caseras, como adquirir armas y utilizarlas, además de explayarse en su filosofía.

La confusión que rodeó a las motivaciones de esta masacre hizo que, finalmente, se aceptara el clima de opresión y el bullying, así como las leyes sobre la posesión de armas, como los motivos últimos por los que Klebold y Harris ejecutaran a sus compañeros como a ratas. La opinión pública coincidió en generar una motivación amorfa basada en nuestros propios complejos de culpabilidad, como viene siendo la linea habitual. Se establecieron programas contra el bullying y se instalaron detectores de metales en la puerta de los institutos, y todo el mundo volvió a dormir tranquilo.

Sin embargo, sospecho que, aún en este caso, Harris y Klebold personifican el modelo de corredor amok, con la motivación antes expuesta. Atendamos a lo que el propio Harris dice en su diario, en la única entrada en todo 1999:

"It's my fault! Not my parents, not my brothers, not my friends, not my favorite bands, not computer games, not the media, it's mine. I'm full of hate and I love it."


Erfurt, 2002



El 11 de septiembre del 2001, el joven Robert Steinhäuser recibe su licencia de tiro deportivo. Poco después adquiere una Glock 17 de 9mm y una recortada. Comienza a entrenar, con eficacia alemana, su puntería. Ha sido expulsado del instituto por suspender un examen de matemáticas y por falsificar justificantes de ausencias. Oculta la expulsión a su madre, su hermano y a sus abuelos (viven con ellos, ya que sus padres están divorciados), en lo que es una familia normal, que hace barbacoas los fines de semana. Sin pasar los examenes finales, no se puede acceder a la Universidad, lo que en Alemania significa un fracaso personal y una condena a la medianía para el resto de la existencia, ya que cualquier tipo de empleo potable requiere cualificaciones.

Steinhäuser, como el resto de los dias, mintió a su madre y dijo que iba a clase, llegó al instituto, se introdujo en un WC, se vistió de ninja, se puso un pasamontañas de esquí, se colocó una recortada a la espalda, cogió 500 balas y cargó su Glock. Clase por clase, fué abriendo la puerta y disparando a los profesores con tiros de precisión entre ceja y ceja. La primera profesora caida, según testigos presenciales, se quedó mirándole en cuanto entró en clase. Robert dijo "Hoy no he venido a escribir nada". Ella se llevó un dedo a la cabeza como diciéndo "¿Estas loco?", justo cuando Robert le atravesó las gafas de un disparo.

Pronto llegó la policía, en el momento en que Robert perseguía en el exterior a una profesora herida, con la que acabó de tres disparos. Robert recibió a los agentes volando la cabeza de uno de ellos apenas bajó del coche, antes de volver a introducirse en el edificio.

Mató además, involuntariamente, a dos estudiantes que estaban intentando colocar una barricada, al disparar a través de una puerta. El momento más llamativo del incidente de Erfurt fué su final. Supuestamente, al acercarse a un aula, el profesor de Historia del Arte Reiner Heise se encaró con Robert, le miró a los ojos y le dijo, "¡Aprieta el gatillo! ¡Y si me matas, mírame a los ojos!", a lo que Robert, se quitó la capucha y dijo "Für heute reicht's, Herr Heise!" (¡Ya está bien por hoy, señor Heise!). Entonces, según Heise, le habló tranquilizadoramente durante un momento, y le invitó a entrar a un aula para seguir conversando, momento en el cual, Heise aprovechó para empujarle dentro y encerrarle, antes de salir corriendo a avisar a la policía. Poco después, Robert se suicidaría de un disparo

Había gastado 40 balas y había matado a 17 personas y dejado 7 heridos. La mayoría de los muertos habían recibido un disparo letal en la cabeza.

Horas después de la muerte de Steinhäuser, alguien informa de que la página web de este, www.robert-steinhaeuser.de, ha sido actualizada, y que quizás contara con un complice. Más tarde, se descubre que la página fué una broma de hackers, donde se podía leer las letras de Pink Floyd "Hey, teacher, leave those kids alone."

Robert pasa a ser conocido en Alemania como "El Terminator de Erfurt", y se achacan los motivos del ataque amok a la dureza del sistema educativo alemán. Robert eligió el momento del ataque para que coincidiera con el examen de matemáticas que había suspendido hacía un año.
Robert almacenó munición durante todo ese año, unas mil balas en total. Obtuvo licencia para cuatro armas, dos de las cuales dejó en casa, y se apuntó a varios clubes de tiro deportivo, donde practicó metodicamente su puntería. Robert era fan de grupos de musica dura, en especial de Slipknot, y de videojuegos como "Counter-Strike". La prensa sacó la especie de que Slipknot tenía una canción, que era la favorita de Saeinhäuser, titulada "School wars", en la que un muchacho preparaba un cisco similar al de Robert. The Sun publicó un artículo en el que hacía referencia a una línea de la canción en la que se decía "Dispara a tus profesores con una recortada".

La MTV y la cadena VIVA retiraron de su programación alemana todos los videos de los monstruos enmascarados, y la prensa europea se conjuró en una caza de brujas contra los famosos asustadores de viejas, queriendo llevarles ante la justicia, sin haberse percatado de que Slipknot jamás había grabado o interpretado una canción titulada "School wars". Los propios músicos, ufanos por la publicidad gratuita, tuvieron que colocar en su página web el siguiente comunicado:

It is ludicrous to place the blame on our band or any other form of music. SLIPKNOT does not have a song called 'School Wars', we have never written a song called 'School Wars', and we certainly would never encourage people to kill others. We are a blanket of hope for our kids, not a scapegoat for attacks like this, and while we send our most sincere condolences to those affected by this, we will not take responsibility."


Un escritor de la revista Metal Hammer pidió publicamente que se llevara a juicio a Victoria Beckham ya que en una de las fotografías de la habitación de Robert Steinhäuser, aparecía un poster de la Spice Pija.

La prensa siguió con sus especulaciones, intentando colocar a Robert Steinhäuser en el papel de víctima del bullying que tantos periódicos vende. Sin embargo, sus compañeros le recuerdan como un tipo jovial, siempre gastando bromas, al que apodaban "Steini". Si bien señalan que su relación con los profesores era bastante tirante y que fué objeto de muchos castigos debido a su comportamiento de truhan. El incidente más señalado que recuerdan fué cuando Steini fué castigado por apuntar con sus dedos en forma de pistola a una profesora que le estaba abroncando por fumar.

Finalmente, la prensa alemana optó, a la europea, por culpar de la influencia perniciosa de los EEUU, y la masacre de Columbine, diciendo que representaba un mal ejemplo para los adolescentes cada vez más aislados, y que llevaban sus ansias de venganza hasta extremos de masacre sin nombre. Quizás desconocían que el primer caso de corredor amok occidental sucedió, ironicamente, en Alemania, tal y como hemos expuesto.



Virginia Tech, 2007.



"Tú mataste a mi padre ... Tú realizaste una conspiración. Como la que el Gobierno hizo contra John Lennon y Marilyn Monroe."

Richard McBeef, por ?



Después de los dos supremacistas blancos diseñadores de páginas web y del Terminator de Erfurt, llegamos por fin al Chino Loco. Chino de Corea del Sur, concretamente. Seung-Hui Cho fué el responsable del incidente con mayor número de víctimas llevado a cabo por un solo pistolero en suelo americano, con un bodycount de 32. Primero, Cho mató a dos de sus vecinos de residencia, antes de dirigirse al correo y enviar un paquete con contenidos multimedia a la NBC.

Armado con dos pistolas, una Walter P22 y una Glock 19 (ambas compradas por internet) y aproximadamente 400 balas de 9mm, Cho se dirige al Norris Hall de la universidad tecnológica de Virginia, donde, clase por clase, dispara indiscriminadamente sobre alumnos y profesores. Cho vuelve a cada una de las clases varias veces, para rematar heridos o continuar disparando. Mata a varias personas a través de las puertas, mientras intentan cerrarlas. Utiliza munición de punta hueca, para mayorar el daño de los impactos. En apenas 12 minutos desde su entrada en el Norris Hall, mata a 30 personas y hiere a 17, disparando 174 balas. 5 eran profesores y el resto estudiantes. Finalmente, Cho se suicida en el aula 211, de un disparo en la cabeza.

Al contrario que los otros corredores amok que hemos visto, Cho era un chico problemático. De niño se creía que tenía autismo, debido a su extrema desconfianza respecto del trato ajeno. Tenía un problema psicológico denominado mutismo selectivo que le bloqueaba para comunicarse en situaciones sociales.

Ya en el instituto, Cho continúa con su mutismo selectivo, lo que le hace el blanco de las burlas de sus compañeros. Le llaman "el chico del trombón", ya que es conocido por entrar solo en clase llevando su instrumento. Le ofrecen dinero si habla. Sus compañeros más cercanos recuerdan que su momento más álgido fué cuando sucedió el desastre de Columbine. Cho confeccionó una lista de victimas y escribía cosas como, "que os jodan a todos, ojalá ardais en el infierno". Sus compañeros lo denunciaron ante los superiores del colegio, y los padres de Cho lo pusieron bajo terapia psicológica.

Cho deja el instituto de Westfield y comienza a estudiar en la Virginia Tech, donde empieza un grado de tecnología de la información en los negocios, uno de los más prestigiosos y difíciles.

Pronto Cho empieza a tener un comportamiento abiertamente antisocial y es expulsado de varias clases. Fotografía a las alumnas bajo las mesas, intimida a los profesores y se comporta de manera arrogante. En sus trabajos escribe cosas obscenas y agresivas. Escribe una obra de teatro titulada Richard McBeef, de inspiración sin duda Shakesperiana, acerca de un chico que es abusado por sus familiares y se venga violentamente introduciendo una barra de cereales con sabor a platano por la garganta de su pradastro. Freakies de internet han realizado animaciones de los cuentos de Cho que se pueden ver en youtube.

En una clase de escritura de ficción, en el 2006, Cho escribe sobre un potencial asesino de colegio que no llega a llevar a cabo sus planes. Stephen King, en un artículo para Entertainment Weekly, analizaría los escritos de Cho, concluyendo que no le parecen creativos en lo más mínimo, "solo agresivos". Para King, aquellas obras eran las de un paranoide peligroso "que un día se puso en DEFCON-1". Concluye que Cho estaba tan influenciado por Columbine probablemente porque era incapaz de imaginar él mismo un escenario similar. Paranoides en DEFCON-1: Amoks.

Los profesores, preocupados, insisten para que Cho asista a un psicólogo, si bien debido a negligencia de la universidad, Cho nunca es ayudado. Algún profesor, incluso, intenta llevar a cabo con el un programa de tutorías personales, pero Cho rechaza cualquier tipo de ayuda.

Cundo al principio de las clases los profesores hacían circular una hoja para que todos pusiesen sus nombres en ella, Cho solo ponía en su turno una "?", lo que motivó que su profesor de literatura le llamase "Question Mark" (Signo de Interrogación), apodo que el propio Cho aceptó con entusiasmo, presentándose así en adelante a los demás alumnos y profesores, y firmando sus trabajos con el símbolo. Con los compañeros, la relación de Cho no era precisamente fluida. Era dolorosamente tímido y tuvo dos incidentes de acoso por los que fue denunciado.


Andy Koch y John Eide compartieron habitación con él. Destacan sus comportamientos repetitivos, como escuchar sin cesar la canción "Shine" del grupo Collective Soul, y escribir por todos los lados las letras de esa canción: "Teach me how to speak; Teach me how to share; Teach me where to go". Koch y Eide intentaron confraternizar sin éxito con él, y Cho abundaba en sus comportamientos bizarros, como sacarles fotos con su móvil mientras dormían o hacerles llamadas telefónicas en las que decía ser Signo de Interrogación y ser su hermano.

Como decíamos, con el sexo opuesto tampoco tenía éxito, y fué recriminado verbalmente por la policía del campus por dos incidentes de acoso. Finalmente, un tercero hizo que sus compañeros de habitación se mudaran y dejaran a Cho en las manos de una institución mental, que abandonaría sin continuar la terapia.

Cho se introdujo en el ordenador de Koch y contactó con una amiga de este, empleando su cuenta de AOL, a la que comenzó a molestar y perseguir, con su habitual afición a fotografiar a escondidas con la cámara de su móvil. En la puerta de la habitación de esta chica dejó escritas las líneas de Romeo y Julieta:

By a name, I know not how to tell who I am. My name, dear saint, is hateful to myself, because it is an enemy to thee. Had I it written, I would tear the word"

Si bien Cho parecía negado para la escritura, es indudable que no ha podido escoger mejores citas para expresar su despersonalización. Finalmente, sobre el estado mental de Cho, se pueden extraer ciertas conclusiones útiles de las cintas que envió a la NBC. En uno de los videos, Cho dice:


"Do you know what it feels to be spit on your face and to have trash shoved down your throat? Do you know what it feels like to dig your own grave? Do you know what it feels like to have your throat slashed from ear to ear? Do you know what it feels like to be torched alive? Do you know what it feels like to be humiliated and be impaled upon on a cross? And left to bleed to death for your amusement? You have never felt a single ounce of pain your whole life. Did you want to inject as much misery in our lives as you can just because you can?...I didn't have to do this. I could have left. I could have fled. But no, I will no longer run. It's not for me. For my children, for my brothers and sisters that you [fucked], I did it for them… When the time came, I did it. I had to...You had a hundred billion chances and ways to have avoided today, but you decided to spill my blood. You forced me into a corner and gave me only one option. The decision was yours. Now you have blood on your hands that will never wash off"


Donde previamente amenzaba a G.W. Bush, Condoleezza Rice y Dick Cheney. Pero lo curioso es que, tras vilipendiar confusamente al materialismo y al hedonismo, y a los chicos ricos, Cho dice que es un Jesucristo que pondrá un ejemplo de liberación para todos los oprimidos.

Respecto a las motivaciones que popularmente se han atribuido a este caso, es curioso señalar como la prensa, con un apenas soslayado racismo implícito, parece haberse conformado en este caso con la Teoría del Chino Loco. Si en Columbine o en Erfurt hubo que buscar alienación dentro de las cabezas de los chicos blancos, aquello que les robó la civilización, en el caso de Cho no se encuentra material para el sensacionalismo y el gasto de papel. Y aquí está precisamente lo sorprendente en la cobertura mediática de este asunto, que no ha habido mercado para la especulación y para levantar una vez más el mercadillo del miedo. De alguna manera, las fotos de Cho haciendo el canelo con las pistolas son autoexplicativas para el sistema digestivo social. Si de Harris, Klebold y Steinhäuser se esperaba una explicación, de Cho ya se tiene. Bravo por nosotros.

Für heute reicht's!

20 comentarios:

Balaguera dijo...

Y bravo por usted.

Don Julito dijo...

Sí, xabi, yo también creo que los investigadores pudieron llegar a la conclusión de que el estado berserker podría ser inducido por el consumo de setas tras darse una sesión intensa de Super Mario Land y del Yoshi's Island

Anónimo dijo...

Yo pienso de que tu eres boba, julita...

Xabibenputa dijo...

Bien pillado el chiste, Julia!!

Frunobulax dijo...

Me ha gustado el texto, Xabi. Te ha faltado adornarlo con algún youtube de videojuegos de tiros en primera persona, que casi todos están basados en esto mismo. Y de propina, una bonita poesía, para cuando acabes la tesis, te regalo este bonito poema:

http://tinyurl.com/5lmer7

Xabibenputa dijo...

Ja, jajajaa Gracias Fruno.

¿Sigues parado?

Que te rechacen en una entrevista de trabajo es una pedazo de putada, que yo también llevo muy mal, y mira que yo no tengo excesivo interés por trabajar, ni jamás he querido entrar a un sitio especialmente...

Frunobulax dijo...

La verdad es que no estoy parado y por suerte nunca lo he estado, pero trabajo sólo a media jornada (me encanta tener tiempo libre y estar tirado en el sofá) y llego a fin de mes justito. Lo complemento escribiendo alguna mierda, pero nada importante y mal pagado. A veces me agobio y salgo a buscar algo más, como fue el caso, pero normalmente cambio de idea y espero de brazos cruzados a las pagas extras. Esa semana tuve dos entrevistas y me rechazaron, y nunca me había pasado, el día que escribí eso estaba de verdad jodido, pero por lo del orgullo herido, no por el curro, que en realidad me la sudaba, quería ahorrar 2000 eurillos extra de forma rápida y dejarlo.

Xabibenputa dijo...

Haces bien, yo curro a jornada completa y, ahora que he pillado unas vacaciones, me acabo de dar cuenta hasta donde me absorbe tiempo el curro. No es solo el estar allí, es que después no apetece hacer nada de lo que me gusta, porque estoy quemado.

Lo del orgullo es así, somos criaturas inseguras.

Anónimo dijo...

un post muy bueno.

Ender dijo...

qué envidia me dais

Anónimo dijo...

http://es.youtube.com/watch?v=8xllCBz8Tm4&feature=PlayList&p=0A54588CA7661400&index=7&playnext=8&playnext_from=PL

Anónimo dijo...

Genial artículo, muy, muy bueno.

Por ponerle algún complemento, me hubiera gustado leer algo de la matanza de Jonesboro http://en.wikipedia.org/wiki/Jonesboro_massacre

Anterior a Columbine y sorprendente por la corta edad de los agresores (creo recordar que 11 y 13 años o algo así).

Bravo!

Anónimo dijo...

El post está bien. Pero yo creo que los lectores de este blog el mayor contacto que han tenido con la violencia ha sido tirarse de los pelos en algún cumpleaños en primaria. Pensar en violencia, no es hacer violencia. El zurdo habla de un semidios, pero eso no existe, Unabomber era un pobre desgraciado, ni siquiera era efectivo. La violencia es una gilipollez como la compasión, cualquier cosa sublimada es una gilipollez.

Anónimo dijo...

¿qué leches pinta el zurdo en esta entrada? no me digas que es el chino cudeiro ese

Anónimo dijo...

Pinta que todo este tinglao social en el que vivimos, sabemos de que va y de que pie cojea. Pero que plantear fascinación por lo tabú como la violencia, no alivia. Del tinglao no se sale con Amok, el amok es el tinglao. Del tinglao no sale nadie. Tu eres el tinglao, pringao.

Don Julito dijo...

Correcto. Por cierto, xabi, esta entrada me la has copiado de una que subí al pegamin...siempre me copias, eres un copión...hazte una personalidad propia y vive tu vida, copiota

Anónimo dijo...

Post muy interesante. Leyéndolo, me he acordado de una noticia que se dio durante la guerra de las Malvinas.
Los británicos movilizaron a sus tropas gurkas (nacionales nepalíes bajo mando británico) y durante la guerra los lanzaron sobre los argentinos. Los gurkas cruzaban campos minados con absoluta indiferencia hacia sus propias vidas, y cuando llegaban al campo enemigo, atacaban con machetes, decapitando enemigos y cortando las orejas de esas cabezas. Durante el combate parecían estar en estado de trance, y una vez terminado, debían ser atados para que volvieran a la normalidad y no atacaran a sus superiores.

¿Curioso, no?

Mr. Hide dijo...

Oye cabronazo excelentes entradas (: buena investigacion ,bastante completa Felicidades

Sociopata dijo...

Interesante tema; sin embargo, quisiera hacer unas aclaraciones sobre lo planteado especto a Columbine:
Fue Eric Harris quien le dijo Brooks Brown que se fuera; los primeros a los que les disparan, "la pareja", son Rachel Scott y Richard Castaldo, pero sólo ella muere, él queda paralítico; en cuanto al tema del acoso que sufrieron Eric y Dylan, es cierto, hay un video donde se ve como golpean a Dylan, en el mismo video insultan a Eric en la cafetería, están las declaraciones de Nate, las declaracione de Devon Adams y los escritos en los diarios de ambos tiradores.

Anónimo dijo...

Respecto a lo de Manson, la culpa no fue por el tipo de música, fue por qué en el álbum (mecánicamente animals) hay una canción que habla sobre lo que sufrieron y en esta misma Manson justifica la masacre